40-Pesadillas

Observe nuevamente como mi vestido blanco se ajustaba con delicadeza a mi cintura dejando que suaves ondas de tela se deslizaran por mis piernas, estruje contra mi pecho las doce flores que tenia en las manos y suspire una vez mas.

-Todo estará bien- dijo mi padre mientras extendía su brazo para enlazarlo con el mio- Vamos mi niña tu puedes, luego de haber luchado tanto no te des por vencida, hay afuera te espera el hombre con el que compartiras tu existencia, por el que as luchado mil veces y con quien desde ahora construirás una historia.

Sus palabras hicieron que varias lágrimas salieran de mi ojos, las cuales rapidamente se apresuro a secarlas con un tierno beso.

Dos blancas puertas se abrieron dejando ver un prado perfectamente decorado. Los invitados sentados a ambos lados del camino giraron sus cuerpos hacia donde mi al escuchar la suave melodía de El canon de Pachelbel, y al notar sus sonrisas no pude evitar que mi rostro se ruborizara de felicidad.

Cuando estaba a mitad de el pasillo un fuerte estruendo se escucho a lo lejos, de repente un rayo ilumino todo el prado dejandome ciega por unos momentos. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz todo había cambiado.

El color se había desvanecido, los trajes y vestidos que en un principio eran coloridos ahora eran de un opaco gris. Intente mover mis pies para averiguar que diablos había dañado mi día perfecto, pero al parecer no me respondían.

Intente pedir ayuda pero de mis labios no salia sonido alguno, gire mi rostro para pedirle ayuda a mi padre y en ese momento de mis labio si se escucho algo. Un chillido de horror abarco cada espacio de la pálida habitación.

Frente a mi se encontraba una de las imagenes mas escalofriantes. Su piel estaba rota y desgastada, el color de sus ojos se había desvanecido, siendo sustituido por un escalofriante blanco, dejándolo sin orbes. Mi padre era la viva imagen del sufrimiento.

Desesperada corrí mi vista por todo el salon para encontrarme con que todos tenían la misma mirada de horror y la misma piel desgastada.

Con miedo observe mis manos y me di cuenta de que aun mantenía su color de siempre, al azar la vista un espejo se había posado ante mi, mi vestido se notaba desgastado y roto, pero aun así estaba limpio y blanco. Mis ojos eran de un escalofriante Rojo de los cuales caían una lágrimas incontrolables y mi pelo era negro como el carbón. En mis manos aun sostenía el hermoso ramo de flores Rojas, que al parecer era lo único que poseía color.

Solté desesperada la mano de mi padre y tome el ruedo de mi blanco vestido para empezar a correr por el pasillo que me llevaba a Jake.

Estaba de espalda a mi, su traje gris se ajustaba perfectamente a su cuerpo y por primera vez desde el flechazo de luz sonreí y me sentí esperanzada.

Al llegar a el toque su hombro para que volteara y me ayudara, pero no obtuve respuesta, lo intente dos veces mas moviendo un poco su hombro pero aun así no sucedía nada.

Jake, pensé al darme cuenta de que nuevamente no podía hablar. Cansada de la maldita situación me coloque frente a el y otro chillido salio de mis labios. Mi lobito, Jacob estaba igual a todos.

Su hermosa piel cobriza ahora era blanca, pálida, desgastada y rota, sus ojos de igual forma blancos y su rostro era adornado con un horrible mueca de dolor.

Retrocedí dos pasos e intente tirar el ramo de flores al suelo, pero este parecía estar sujeto a mi mano, lo acerque a mi rostro buscando ver por que no caía y de un momento a otro exploto.

Un estraño liquido rojo bañaba mi cuerpo y luego de unos segundos un inconfundible olor llego a mi...

...Sangre.

Me levante de forma brusca, haciendo que mi cabeza girara debido al repentino movimiento y jadeo de horror salio de mis labios mientras silenciosas lágrimas caían por mi rostro.

-Ness!- chillo mi madre una ves entro en mi habitación-¿Que te pasa chiquita?

Entre jadeos le conté el horrible sueño, mientras ella me consolaba con palabras de aliento.

De repente un risa salio de sus labios, confundida la observe delicadamente preguntándole con la mirada a que se debía la risa tan carente de emoción.

-Al parecer tener sueños malos en un día como hoy se te contagio a ti ya que a mi también me paso lo mismo.

De repente mire el calendario emocionada, mientras una sonrisa se esparcía por mi rostro.

Hoy era mi día, y no dejaría que un estúpido sueño arruinara...

...Mi boda.

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Hola!
Aquí me tienen nuevamente!
Siento mucho haber tardado en publicar pero saben que la inspiración llega tan rápido como se va!

Este capitulo es algo con lo que me levante esta mañana, si, se que es muy frió, pero no podía dejar de pensar en el y tuve que escribirlo.

Ya el siguiente es el final :(
Y me da muchaa pena, Las juro que antes de lo que se imaginan ya lo publicare(Tengo la mitad escrita)

Besos y Dejen comentarios!